Esta temporada los logos recuperan el esplendor que vivieron en los 2000. Una tendencia que ha triunfado sobre la pasarela y que aterriza para conquistar el armario masculino. Elaboramos un manual de estilo para poner en práctica la logomanía sin caer en el exceso.
Estampado de camuflaje. Los tonos tierra y verde en forma de print se reinventan cada estación haciendo del militar una apuesta segura. Esta primavera, Valentino trata de descontextualizar el camuflaje y alejarlo de su carácter más casual en forma de chaqueta con el logo de la marca a la espalda.
Punto rock. La cazadora de cuero siempre ha sido un imprescindible en cualquier armario. Ahora, Givenchy actualiza la prenda imprimiendo el logo de la marca en su parte posterior. Un giro rotundo y con carácter que hasta el mismísimo James Dean aprobaría.
Mínimal. Para todos los que opten por una fórmula más discreta sin renunciar a la tendencia, Neil Barrett propone una sudadera con su reconocible trueno. Una versión menos obvia pero igual de sorprendente para aquellos que arriesgan menos.
Black&White. Esta combinación, tan clásica como efectiva, se ha convertido en la favorita de la firma francesa Balmain. Un jersey en estas dos tonalidades puede ser esa prenda con la que elevar un conjunto sin pretensiones.
Para coleccionistas. Los amantes de las ediciones limitadas están de suerte. Dsquared2 lanza en exclusiva su colección ‘1994’. Una serie de camisetas, en colaboración con el dúo creativo Mert&Marcus, con el logo de la marca estampado sobre una banda en color flúor.
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